Tuve hace poco la oportunidad de ver la película Red Panda y no pude evitar sorprenderme con la cantidad de contenido y mensajes alrededor del tema de la adolescencia. Cuidado con los que aún no vieron la película, puede haber spoilers.

Mei Lee es una puber que descubre que cada vez se enoja se convierte en un panda rojo, al igual que su mamá, abuela y tías maternas.

Ella descubre que lleva un "mostruo" adentro, que saca no solo aspectos negativos de ella  sino que también le muestra aspectos de ella que le gustan y la hacen diferente y especial, sobre todo en el aspecto social, donde ella se siente un poco limitada y que no encaja como quisiera. Lamentablemente esto "diferente" no es del agrado de su madre, por lo que se desata en ella (Mei Lee) una lucha interna entre lo que quiere y debe ser.

Voy a dejar de hablar ahora un poco de la película para pasar a hablar de lo que ocurre en la relación madre- hija en la adolescencia.

Son muchos los autores que han opinado y escrito cientos de libros sobre los cambios de la adolescencia y la verdad todos ellos  se quedan cortos cuando le toca a un padre o una madre lidiar con la adolescencia de sus hijos, mas aún si queremos hablar de la relación vincular madre- hija adolescente.

¿ Por qué la relación de madre- hija se torna tan compleja para ambas en la adolescencia? ¿ por que parece ser un proceso tan doloroso?

Se torna tan compleja, por que ambas madre e hija van a tener que atravesar juntas por una metamorfosis, la relación va cambiar y les va entregar (esperamos asi sea)un nuevo vínculo más maduro, donde ambas tendrán que aceptar, ceder y revalorar sus roles de madre e hija.

En la película Red Panda, hay una escena que ejemplifica un poco todo este paso, Mei Lee se encuentra con su madre en un bosque, su madre es niña, luego joven y Mei Lee conoce un poco de la vida adolescente y del sufrir de su madre en ese entonces. Ahí la madre también se da cuenta que quiere que su hija sea "lo que debe ser" así como ella eligió hace unos años; renunciando tal vez a sus deseos; pero finalmente decide respetar la desición de Mei Lee y dejar que ella decida como su futuro.

Es este transitar el que finalmente desembocará en la nueva relación madre-hija adulta. Tránsito que inevitablemente estará cargado de reproches, rupturas, alejamientos; pero que a su paso nos dará la opción (tal vez por segunda y unica vez) de reconocer que nuestros hijos no son nuestros, sino son hijos de la vida, como lo dijo Khalil Gibran.